El aburrimiento habitual llega a hacer acto de presencia en cualquier etapa de la vida de pareja. Esta experiencia se torna especialmente compleja cuando irrumpe en la convivencia de matrimonios jóvenes. ¿Cuáles son las causas que producen este efecto cuando el recuerdo de la boda está tan reciente?

1. Problemas y dificultades que no se resuelven

Una pareja puede terminar cansada de discutir por tonterías. Así ocurre cuando el esquema de cada nueva jornada parece repetirse. Las dificultades de la convivencia generan un desgaste y, por tanto, un foco de aburrimiento.

2. Falta de iniciativa para cuidar la relación

El capítulo que comienza después de la boda no es sinónimo de felicidad constante. En ocasiones, la falta de iniciativa produce un estancamiento en un vínculo en el que parece que ya no hay espacio para la sorpresa.

3. Dar el amor por supuesto, en lugar de demostrarlo

Uno de los errores que puede cometerse en este contexto es presuponer el sentimiento, en lugar de demostrarlo con hechos. Mientras que esta iniciativa sí es muy frecuente en el inicio del noviazgo, algunos matrimonios actúan desde otra perspectiva después de darse el sí quiero.

4. Pocos aspectos en común

Algunas personas descubren después de un tiempo de convivencia que no comparten tantos aspectos en común como pensaron en un principio. Y esta falta de conexión da lugar a un mayor distanciamiento. Quizá uno de los miembros de la pareja haya experimentado un desencanto al percibir defectos en el otro que había ignorado hasta entonces.

5. Incomunicación

El aburrimiento, aunque esté ahí, puede tener solución. Pero es difícil que se produzca un punto de inflexión en una historia en la que los protagonistas no verbalizan aquello que sienten. Es decir, no exteriorizan esta situación de aburrimiento por miedo a herir al otro.

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Cinco causas de aburrimiento en matrimonios jóvenes