Potenciar la creatividad y la felicidad de los niños es un objetivo importante para padres y madres. Existen proyectos educativos que plantean otras opciones a la enseñanza tradicional. La pedagogía de las Escuelas Bosque propicia el contacto habitual con la naturaleza en la infancia.

Educación ambiental en la infancia

Este tipo de educación pone en valor las enseñanzas que producen los árboles como centro de la vida. Mientras que en la enseñanza tradicional, un libro ocupa un lugar importante. Los árboles también se convierten en grandes manuales de sabiduría en el contexto de esta pedagogía.

Las sesiones de interacción con la naturaleza se desarrollan con regularidad. Estas sesiones propician experiencias, alimentan los sentidos, despiertan la observación, fomentan la conciencia ecológica y crean vínculos. El niño establece un vínculo responsable con la naturaleza, pero también crea conexiones con los demás.

La escuela bosque propicia el aprendizaje del valor del trabajo en equipo a partir de la resolución de retos y la solución de problemas. El enfoque de esta pedagogía es, en esencia, práctico.

El escenario natural adquiere una gran relevancia en estas sesiones desarrolladas en bosques de la zona. Este descubrimiento de entornos de naturaleza conduce al encuentro con la belleza. En un momento en el que la tecnología está tan presente en las familias, estas actividades ponen el punto de atención en algo esencial para el ser humano: el equilibrio que guarda con el paisaje.

Otros beneficios de las escuelas bosque

Las escuelas bosque también propician el desarrollo de la inteligencia emocional y de la educación ambiental. Aprendizajes que tienen una relación directa con la propia vida. Es positivo que los niños adquieran estos recursos en la infancia.

Las dinámicas llevadas a cabo en las escuelas bosque promueven el ejercicio corporal, la resistencia física, el bienestar integral y la concentración.