El momento del parto es muy importante en la vida de quien da a luz. Y, sin embargo, la experiencia de una vivencia tan íntima también puede experimentarse y recordarse de formas diferentes. Lo verdaderamente relevante es que el parto esté alineado con el respeto a las necesidades de la madre y el bebé. Por ello, es importante que ella esté informada durante todo el proceso. Y, de este modo, las decisiones que tome en esta etapa parten del conocimiento. Para ello, es esencial que exista una comunicación cercana entre el equipo médico y la embarazada.

 

Un parto acompañado y respetado

Por ejemplo, es necesario informarle con detenimiento sobre cuáles son los medios para mitigar el dolor que tiene a su alcance. Un parto humanizado conecta con la esencia de la persona. Y, en consecuencia, evita cualquier forma de violencia obstétrica. El parto humanizado se fortalece con la investigación y, también, con la inteligencia emocional.

La importancia que la comunicación adquiere en el contexto como forma de acompañamiento es un ejemplo de ello. El parto humanizado y respetado también pone en valor los beneficios del contacto piel con piel. Una experiencia que propicia el encuentro y la cercanía entre la madre y su hijo.

La mujer es la verdadera protagonista

Un parto humanizado influye de forma positiva más allá del momento en el que se produce. Produce un recuerdo amable que reduce el riesgo de revivir una situación que se aleja de forma significativa de las expectativas personales.

La mujer es la verdadera protagonista del momento tan importante que está viviendo. Y todo el entorno está perfectamente preparado para potenciar su bienestar integral y su seguridad. Es importante evitar las cesáreas programadas que sean innecesarias por un motivo objetivo. Un parto es único e irrepetible desde el punto de vista integral, también desde la perspectiva emocional.  Porque las emociones forman parte de la naturaleza humana.