Cada bebé que llega a la familia aporta la esperanza de una nueva vida. Sin embargo, cada bebé llegar a un hogar, pero también lo hace en circunstancias concretas.En ocasiones, antes de experimentar la alegría de esta bienvenida, los padres vivieron la tristeza de la pérdida de un bebé que dio paso a un proceso de duelo. En ese caso, después de la tristeza, el dolor y la frustración experimentadas como consecuencia de este desenlace, llega la luz de la ilusión, la alegría y el optimismo con el inicio de una nueva etapa.

La esperanza de un nuevo nacimiento

El término «bebé arcoiris» expresa una metáfora que conecta de forma directa con los ejemplos de esperanza que muestra la propia naturaleza. Incluso los paisajes que están condicionados por la imagen de una intensa tormenta, evolucionan hasta dar paso a la belleza de un arcoiris.

Y, sin embargo, puede ocurrir que quienes vivieron la tristeza de una despedida previa, vivan esta nueva etapa con posibles temores que conectan con la experiencia de pérdida sufrida en algún momento. El testimonio de aquellas familias que en algún momento dieron la bienvenida a un bebé arcoiris, envía un mensaje de ánimo a quienes visualizan ese deseo en su proyecto de vida y, sin embargo, han afrontado distintas dificultades durante el proceso.

El comienzo de una nueva etapa en la familia

El nacimiento de un bebé arcoiris no deja en un segundo plano lo vivido hasta el momento. La memoria de la pérdida siempre estará presente en la vida de quienes sufrieron esa tristeza intensa. Sin embargo, esa historia se completa con el relato de un acontecimiento feliz. La felicidad y la tristeza forman parte de la experiencia de la vida. Un hecho que también puede observarse en la maternidad y en la paternidad.