La rosácea es un problema dérmico bastante común. Se trata de una patología inflamatoria que afecta a la zona central del rostro (frente, pómulos, nariz y barbilla) y suele presentarse con mayor frecuencia en personas de piel blanca, especialmente en mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 60 años, siendo menos frecuente en los hombres.

¿Qué es la rosácea?

Esta afección inflamatoria se presenta como un enrojecimiento excesivo de la parte central del rostro, llegando a desarrollar con el tiempo algunos vasos sanguíneos pequeños en la zona y generando pequeñas protuberancias bastante similares al acné. Como ya mencionamos, afecta en promedio tres veces más a las mujeres que a los hombres.

Algunos casos más extremos pueden llegar a afectar también a la visión, haciendo que los ojos parezcan sanguinolentos y generando visión borrosa, así como otras molestias en la vista. Dado que los síntomas pueden aparecer y desaparecer con mucha frecuencia, la mayor parte de las personas no le presta demasiada atención a menos que se trate de un episodio severo.

¿Cómo tratar la rosácea?

Siendo una patología inflamatoria, es necesario identificar cuáles son los motivos que desencadenan la rosácea y la exacerban. Esto puede ser un asunto bastante individual, puesto que algunas personas pueden experimentar casos agresivos ante situaciones de estrés, exposición a la luz solar, alcohol, alimentos picantes y cambios hormonales.

Entonces, será necesario evitar todos los factores que desencadenan o intensifican los síntomas y aplicar tratamiento sintomático que permita aliviar la rosácea, controlando los brotes que surjan. Además, un dermatólogo puede recetar un tratamiento antibiótico y medicamentos tópicos como el metronidazol e, incluso, cremas antiparasitarias a base de permetrina.

Cuidados de una piel con rosácea

Algunas recomendaciones pueden ser útiles si sufres de este problema y quieres aliviar los síntomas.

Limpieza

Limpiar la piel diariamente, tanto por la mañana como por la noche. Además, retirar el maquillaje es un asunto básico de higiene. No obstante, las personas que padecen rosácea necesitan cuidar la temperatura del agua, ya que el calor excesivo y el vapor pueden afectar negativamente a su piel. Son preferibles los productos de limpieza que no requieran su aclarado con agua.

Hidratación

Después de la rutina de limpieza es necesario hidratar la piel para reponer los lípidos perdidos durante la limpieza. Esto es especialmente necesario para pieles muy secas y sensibles, ya que suelen ser las más afectadas por la rosácea.

Protector solar

Dado que la rosácea empeora ante la exposición al calor o frío extremo, la radiación UVA, UVB e Infrarroja (IR), será necesario que se proteja la piel del sol todos los días, incluso cuando el día se encuentre nublado. La radiación solar tiene la capacidad de alterar la piel, produciendo sequedad y acelerando el envejecimiento.

Alimentación saludable

La alimentación permite que el organismo reciba la cantidad de nutrientes necesaria para mantenerse saludable. Si sufres de rosácea, es necesario evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco, comidas muy calientes o muy picantes. También es bueno mantenerse al margen de las situaciones de estrés, en la medida de lo posible.