Cuando pensamos en hacer turismo, nos imaginamos una aventura de relajación y disfrute en un lugar distante. Ver otras culturas, estar en contacto con la naturaleza, descubrir la historia de otros países. Pero cada día son más los que buscan hacer un turismo un tanto diferente: el turismo libertino.

¿Qué es el turismo libertino?

No quitemos ni la cultura, ni la naturaleza ni la historia. Pero sumémosle un nuevo y delicioso componente: la búsqueda del placer corporal. ¡Y tenemos el turismo libertino! Eso sí, no lo debes confundir con el turismo sexual, pues son cosas diferentes.

El turismo sexual está basado en la prostitución. Es decir cambiar sexo por dinero. El turismo libertino, en cambio, se basa en el sexo concentido entre adultos sin dinero de por medio. Sí, sexo gratis. Y hay muchas formas de practicarlo: intercambios de pareja (swingers), sexo con desconocidos (cruising), sexo en grupo, etc.

¿Y dónde se practica? Hay muchos destinos turísticos para este tipo de actividades. Cruceros, trenes, palacios, villas, chalets, hoteles, posadas y hasta campamentos. Se trata de establecimientos habilitados para que las parejas o los solteros se encuentren en un espacio de completa y desenfada libertad sexual.

Sin tapujos, sin complicados juegos de seducción, sin dinero, sin rechazos bruscos… Las personas van a disfrutar de lo lindo a estos lugares, con respeto y mente abierta. Y, muy importante, con total discreción por parte de todos, incluyendo el personal del establecimiento. En fin, un lugar para que la libertad y el hedonismo se impongan por todo lo alto.

Historia del turismo libertino

El turismo libertino se ha puesto de moda en muchos países europeos donde la libertad sexual es una norma. Pero podemos remontar sus orígenes a un movimiento filosófico que surgió a principios de siglo XVIII para reivindicar la búsqueda del placer corporal sin restricciones morales ni religiosas.

En la época victoriana, a pesar del moralismo que la caracterizó, ya habían numerosos establecimientos clandestinos donde se hacían orgías, espectáculos eróticos e incluso relaciones homosexuales. Todo ello entre personas con los mismos intereses sexuales o sociales.

Pero no fue hasta la liberación sexual, en los años ’60 y ’70, que la sociedad en general rompió con los viejos tabúes sexuales, como el advenimiento del movimiento feminista, la lucha por la igualdad de género, la popularización de los métodos anticonceptivos, etc. Y se puso en boga el concepto de libertad sexual.

Como resultado de la revolución sexual, el turismo libertino se fue abriendo paso poco a poco en los países europeos. Y actualmente podemos encontrar miles de establecimientos para este fin, incluso en España. De hecho, hoy en día los viajes por atractivos sexuales generan más de 20 millones de dólares a nivel global.

Cabe añadir que algunos de los destinos de turismo libertino más conocidos son Cap d’ Age, el crucero Dési y el Swingsy Express. Y en España se pueden encontrar muchos destinos de este tipo en Valencia, Ibiza, Canarias, Madrid y Barcelona, por citar algunos ejemplos.

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