Con la mascarilla y la covid-19, la piel se ha resentido y, ahora, que ya hay más movilidad y, probablemente, podremos otra vez lucir el rostro, conviene proporcionar al cutis una serie de cuidados adicionales que vienen de la mano de nuevos cosméticos y tratamientos que, por supuesto, vienen a cubrir estas necesidades post-mascarilla. ¿Cuáles son? Aquí te contamos algunos.

Brumas

Sí. Hace ya algún tiempo que existen las brumas, pero solo con utilizar este producto en su concepción más básica no va a ser suficiente. Ahora, lo que conviene hacer es emplear brumas que tienen un plus, es decir, que aportan algo más a la piel.

Dentro de las opciones están las brumas antioxidantes, que aportan mayor hidratación y luminosidad. También están las oxigenantes, que se caracterizan por revitalizar la piel gracias al oxígeno puro que contienen y al ácido hialurónico.

A estos productos, hay que sumar dos brumas más. Una de ellas es antiedad. En este caso, se trata de una bruma láctea. Sí, ya han hecho su aparición las cremas en bruma, que permiten combatir los signos del envejecimiento.

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Y, finalmente, tenemos que hablar de las brumas calmantes que, como su nombre indica, su acción se centra en calmar la piel y aliviarla gracias a integrar componentes como, por ejemplo, el té verde.

Niacinamida

La niacinamida está considerada como el ingrediente de moda. Bajo este nombre tan complejo, en realidad, está la vitamina B3. Entre los motivos para incorporar cosméticos que la contengan está el hecho de que es muy efectiva para combatir el acné o tratar pieles con hipersensibilidad.

Dos aspectos que han crecido de manera significativa con la mascarilla, apareciendo incluso en personas que hasta ahora no habían tenido problemas de acné o de hipersensibilidad.

Además, estos productos tienen otras ventajas porque refuerzan la piel y evitan que se produzcan procesos inflamatorios y la piel es menos propensa a desarrollar manchas. Son todos motivos por los que cada vez se incorpora a más productos cosméticos.