¿Te gusta la cebolla? Nadie, o casi nadie, se la come a palo seco, pero se trata de un alimento fantástico para preparar recetas de lo más deliciosas. Por eso está en todas las cocinas del mundo, y por eso no es difícil encontrarla en cualquier supermercado.

Además de ser muy útil a la hora de cocinar, la cebolla tiene propiedades medicinales y una riqueza nutricional que nos permite hablar de beneficios tan valorados como los que te contamos a continuación.

Previene la anemia

El hecho de aportar hierro, fósforo, vitamina C y vitamina E le permite combatir la anemia. Aumenta la producción de glóbulos rojos y repone la pérdida de sangre.

Mejora la circulación

Su aporte de quercetina hace que se reduzca la inflamación y mejore el flujo sanguíneo. Además, su contenido en sílice reduce las probabilidades de sufrir una trombosis y retrasa el envejecimiento de las arterias. Y por si fuera poco, también impide la formación de varices gracias a su efecto anticoagulante.

Controla la hipertensión arterial

Algunas personas que sufren hipertensión arterial tienen problemas con un exceso de sodio que les provoca una retención de líquidos. Como la cebolla tiene potasio, se produce un equilibrio del agua y se desinflaman los tejidos. Por otra parte, reduce la tensión arterial y es útil en el tratamiento de cálculos renales.

Regula el azúcar en la sangre

Contiene glucoquinina, algo que agradecen las personas con un elevado nivel glucémico. Comerla fresca regula los niveles de azúcar en sangre y hace que se estimule la segregación del jugo pancreático.

Mejora la función digestiva

También tiene cualidades alcalinas, así que la cebolla es un gran aliado a la hora de neutralizar los ácidos y activar la segregación natural de los jugos gástricos que entran en acción en todo proceso de digestión.

Favorece la absorción de los nutrientes y la eliminación de los desechos acumulados en el colon por sus propiedades antioxidantes.