La infancia es ese periodo en el que los alumnos pueden realizar una primera aproximación a las técnicas de estudio. El uso de herramientas prácticas es clave para adoptar un papel proactivo ante los libros. ¿Qué beneficios ofrecen las técnicas de estudio?

 

1. Presentan soluciones adaptadas a diferentes necesidades

Todos los recursos tienen el objetivo de facilitar la comprensión lectora, la memorización y el razonamiento. Pero dentro del propio proceso de aprendizaje surgen necesidades específicas. Los apuntes, los resúmenes, las reglas mnemotécnicas, los esquemas y las lluvias de ideas tienen una gran variedad de posibilidades.

2. Identificar las ideas principales y conceptos clave

Las técnicas de estudio ponen el acento en el núcleo de un contenido. De este modo, reducen su extensión y enmarcan los puntos clave: aquellos que se diferencian de ideas secundarias o cuestiones menos relevantes.

3. Personalización

El autoconocimiento es importante en el ámbito académico. Cada estudiante siente un mayor nivel de preferencia por aquellas herramientas que le resultan más sencillas. Algunas propuestas refuerzan la información visual mientras que otras ponen el acento en la memoria auditiva.

4. Incrementan la motivación

El uso de las técnicas de estudio eleva la implicación y la iniciativa en el estudio. El alumno interactúa con la materia, adopta un rol activo durante el proceso. Además, los medios aprendidos son prácticos en todo tipo de asignaturas y en los diferentes niveles educativos. Se trata de una preparación para el estudio que produce beneficios a largo plazo.

5. Aprender a estudiar

El proceso de estudio comienza con una fase de preparación que crea el entorno adecuado para el aprendizaje. Así como es recomendable disfrutar de un espacio ordenado, también es adecuado utilizar recursos básicos como las técnicas a las que hacemos referencia en el artículo. De este modo, es posible aprender a aprender a través de la adquisición de hábitos positivos.