Las Islas Canarias es uno de los destinos que suele visitarse más de una vez para conocer todas las islas y los diferentes rincones y encantos en cada una de ellas. Es habitual que siempre se empiece por lo más turístico y conocido. Pero cualquiera de sus islas tiene lugares menos conocidos, prácticamente secretos, que permiten vivir una experiencia diferente a los visitantes, sobre todo, cuando no es el primer recorrido que se hace. ¿Cuáles son? Aquí te contamos algunas sugerencias en algunas de sus principales islas: Tenerife, Fuerteventura y Gran Canaria.

Tenerife

Dentro de las Islas Canarias, Tenerife es una de las más turísticas. Y esta va a ser la primera parada para ir a la playa Montaña Amarilla, en San Miguel de Abona, que está en el sur de la islas y que toma su nombre de este entorno en el que la playa está junto a la Montaña Amarilla, que se denomina así por su composición única.

En ella, hay que fijarse en sus formaciones rocosas creadas por las olas y el agua transparente de la playa, que no tiene arena. Además, en la playa, se ha excavado un solarium con acceso directo al mar.

Sin dejar Tenerife, otra alternativa es la Cueva del Tancón, que es una piscina natural dentro de una cueva ubicada en Puerto Santiago. Es impresionante ver las piscinas naturales y calas y realizar un descenso por las rocas hasta cueva, que está considerada como una de las mejores de tipo marítimo de Canarias. No hay que perderse tampoco el escenario de luz que se filtra por las paredes balsámicas y las aguas transparentes.

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Y de esta cueva a otra cueva. En este caso a la del Viento, donde se encuentra el túnel volcánico más largo de Europa, que fue formado tras una erupción volcánica. Para aquellos que sigan prefiriendo el agua, otros destinos son el Charco de La Laja y el Charlo del Viento, que se definen por ser dos “caprichos volcánicos” en forma de piscina natural.

Otro lugar para ir en Tenerife es el Mirador de Aguaide, que es un balcón sobre el Atlántico de 500 metros de altura desde el que se divisa la Punta del Hidalgo y el Roque de los Hermanos, aparte de ver el horizonte infinito del mar.

Fuerteventura

Dentro de Fuerteventura, también hay diferentes opciones. Una de ellas es la Isla de Lobos, que es casi virgen y tiene limitadas las visitas. En ella, está la playa de Las Conchas, también llamada La Caleta, con sus aguas cristalinas y arena dorada. Desde ella, se ve Fuerteventura y el Parque Natural de las Dunas de Corralejo.

Otra alternativa es la zona de Betancuria, donde hay piscinas naturales –llamadas Aguas Verdes-, que se forman cuando baja la marea. Y, por supuesto, no hay que perderse los senderos para conocer el Parque Rural de Betancuria o la Montaña Tindaya.

Gran Canaria

Dentro de esta isla, los lugares menos frecuentados –quizá más desconocidos-, con la playa de Güigüi en Aldea de San Nicolás, que está dentro de la Reserva Natural Especial de Güigüi. Es un paraje para disfrutar de playas solitarias y de acantilados.

En esta isla tampoco faltan las piscinas naturales. Destaca, por ejemplo, Los Charcones, en Arucas, que es una de las más grandes, así como el Charco de San Lorenzo. A estas propuestas se suman las piscinas de Roque Prieto, que tienen distintas profundidades, así como las Salinas de Agaete a las que se accede desde el puerto. En este último caso, se trata de piscinas –hay tres-, que están muy protegidas y que están conectadas por tubos volcánicos.

Son algunas opciones en estas islas, que aún guardan muchos más atractivos y puntos de interés para vivir una experiencia única en el entorno tan característico de las Islas Canarias.