La trombosis, en su definición más general, es la forma de denominar al coágulo de sangre que se forma en el interior de un vaso sanguíneo o en el corazón. El hecho de que los síntomas suelan ser aislados hacen que sea difícil llevar a cabo un diagnóstico preciso, así que lo más habitual es realizar pruebas complementarias como una ecografía venosa o un TAC helicoidal.

Si quieres prevenir la inflamación crónica de las paredes arteriales que provoca la trombosis, lo mejor que puedes hacer es poner en práctica una serie de consejos que son eficaces para mantenerla a raya.

Haz ejercicio físico

Qué importante es el deporte, ¿verdad? Llevar a cabo ejercicios físicos puede evitar la formación de trombos y venas varicosas. Además, no es imprescindible que salgas a correr o en bici. De hecho, ni siquiera tienes por qué pisar el gimnasio. Caminatas de unos 30 minutos al día son suficientes para que el flujo sanguíneo sea el adecuado. No solo lo nota tu sistema cardiovascular, sino que el circulatorio también lo agradece.

Controla tu peso

Las personas con exceso de peso tienen más posibilidades de sufrir trombosis porque las venas se ven obligadas a soportar más peso. Además, se crea un desequilibrio entre los niveles de colesterol y triglicéridos, algo que puede provocar una obstrucción arterial.

Mantenerse en el peso ideal o cerca de éste es importante para mejorar en calidad de vida y para no desarrollar enfermedades del corazón. De ahí que ir a un restaurante de comida rápida no sea lo más recomendable del mundo.

Quítate el tabaco

Fumar mata. Lo sabemos porque nos lo han dicho durante muchos años y porque lo pone en las cajetillas de tabaco. A pesar de ello, algunas personas se aferran a los cigarrillos y no los sueltan ni a sabiendas de que son perjudiciales para la salud y el bolsillo.

En este caso, sus nocivos químicos se acumulan en el torrente sanguíneo, lo que provoca que la sangre sea cada vez más espesa, al tiempo que se reduce la cantidad de oxígeno. Por eso es tan importante dejar el tabaco aunque sea de forma gradual.

Cuida tu alimentación

Va relacionado con lo de controlar el peso, pero en este caso las advertencias van más allá de lo que marque la báscula. Aunque se esté en el peso perfecto, es buen ingerir alimentos que previenen la aparición de trombos y venas varicosas. Algunos de los más recomendables son la mandarina, la naranja, el pomelo, el mango, el brócoli, las fresas, las almendras, el aguacate, el germen de trigo o el kiwi.

En este sentido la vitamina E es fundamental. Es antioxidante y evita que el colesterol se oxide, algo que previene la coagulación.

No te sientes durante mucho tiempo

Para terminar, no es bueno tener un trabajo en el que se pasen muchas horas sentado, como tampoco es bueno practicar “sillón ball”. La falta de movimiento hace que el flujo sanguíneo discurra con dificultades y que se retengan líquidos. Por eso se recomienda estirar varias veces a lo largo de la jornada.

Aunque no se ha podido demostrar científicamente hasta la fecha, dicen que cruzar las piernas durante mucho tiempo es negativo. Se cree que provoca la obstrucción de la sangre en las piernas, así que es mejor evitarlo por si acaso.