Caminar es un ejercicio que está indicado para personas de cualquier edad y que permite estar en forma y sentirse mejor con uno mismo. Además, tiene la ventaja de que puede practicarse en cualquier momento, sin tener que estar pendiente de clases de gimnasios o centros deportivos. Tampoco es caro porque se necesitan unas zapatillas específicas y poco más. Sin embargo, como toda actividad física, hay que saber cómo practicarla adecuadamente, sobre todo cuando se va a comenzar, para beneficiarse de todas sus ventajas para la salud.

Las claves

Caminar también tiene sus claves para hacerlo bien. Lo primero que hay que tener en cuenta es la postura, que debe ser adecuada. De esta manera, se tiene que mantener la línea corporal y andar erguida mirando al frente y fijando la vista en un punto determinado. Además, nunca se deben dejar los brazos colgado para evitar que se hinchen las manos. Lo mejor es moverlos también mientras se camina.

El tiempo mínimo que se debe caminar es de 45 minutos, siendo lo recomendable hacerlo entre tres y cuatro veces a la semana. Si se puede, es mejor todos los días y poder llegar a los 60 minutos.

Equipamiento

A la hora de caminar, lo más adecuado es elegir un calzado que sea específico para andar al igual que se eligen botas de fútbol cuando se va a jugar a este deporte. Las prendas de vestir es mejor que sean de algodón porque son más cómodas y ayudan a transpirar mejor el sudor.

Beneficios

Caminar tiene importantes beneficios para la salud. Entre ellos, destaca la aportación de firmeza a las piernas y glúteos, aparte de tonificar los brazos y fortalecer la zona de la espalda y de los hombros. Además, se activa la circulación sanguínea y se ayuda a combatir y eliminar la celulitis y grasas acumuladas. También es un ejercicio muy recomendable para adelgazar y bajar el colesterol malo.

Sus beneficios aún van más allá porque ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2 o problemas respiratorios como el asma. También aumenta la densidad ósea con lo que se evita o se retarda la aparición de osteoporosis y hace que la persona sea menos propensa a tener enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

Otras ventajas son la mejora de la memoria y la capacidad de concentración, así como la eliminación del estrés y de la ansiedad, contribuyendo a su vez a un mejor estado anímico y a aumentar la autoestima.