La decoración otoñal renueva la estética del salón. Una decoración que pone el acento en los textiles como grandes protagonistas de la composición final. El sofá es el mueble más representativo de la estancia. Simboliza la comodidad y el confort. Pues bien, la manta incrementa las sensaciones agradables al reforzar el bienestar en otoño e invierno. Un complemento práctico que resulta muy decorativo. ¿Cómo elegir un diseño bonito y versátil? Hoy te damos algunas ideas.

1. Realza la continuidad visual con los cojines

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Los cojines también forman parte de la composición habitual de asientos que se complementan con los detalles. Los diseños monocolor son muy fáciles de combinar. El tono de la funda puede darte la clave para elegir un plaid en la misma terminación. De este modo, todos los elementos forman un atractivo binomio que destaca sobre el fondo del sofá.

Además de los diseños monocolor, existen otras tendencias clásicas que también triunfan. La manta de cuadros es un ejemplo de propuesta que, con la llegada del otoño-invierno, vuelve a estar de moda.

2. En blanco

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El blanco es uno de los tonos más característicos del paisaje invernal. Pero, a su vez, es un tono elegante que se utiliza en cualquier proyecto decorativo. ¿De qué color es el sofá que se sitúa en el salón? Una estancia ambientada en este único tono, puede transmitir una sensación de frialdad. Sin embargo, una manta blanca puede convertirse en la compañera ideal de un mueble negro, gris, marrón, verde o azul.

La manta puede completarse, además, con otro artículo que triunfa hoy en día en las casas: las cestas de mimbre proporcionan el almacenaje ideal para guardar un plaid. De este modo, refuerzas el mantenimiento del orden en el lugar.

3. Textura

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Las mantas de sofá no solo son para el otoño o invierno. En cualquier periodo del año puedes incorporar esta pieza en la zona de estar. El acabado de un producto con una composición invernal se diferencia de las propiedades que muestra un plaid fino que viste el salón a partir del mes de marzo.

Las texturas cambian porque también lo hacen las sensaciones. Aunque el confort térmico es una necesidad esencial en cualquier momento. Por ello, conviene elegir una manta en un tejido acogedor que proporciona calidez. La lana es uno de los materiales que triunfa durante el invierno.

La composición de la manta no solo influye en la calidad de la textura, sino que también plantea unas necesidades concretas de mantenimiento.

Es importante que el producto tenga una composición que resulte apetecible. ¿El artículo puede lavarse en la lavadora en casa? Es una de las cuestiones que puedes valorar antes de realizar la compra.

4. Tamaño

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Un producto básico puede diferenciarse en multitud de detalles. El tamaño es uno de los aspectos a tener en cuenta en la elección de una manta para el sofá. Existen formatos que cubren toda la superficie del mueble. Los diseños XXL se caracterizan por sus grandes dimensiones. Otras mantas, por el contrario, no llaman la atención por su amplitud. Elige un producto que, además de gustarte, te resulte práctico y útil en el día a día.

5. Peso

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La búsqueda de la comodidad en el salón también se refuerza con la elección de una manta de sofá que aporta un toque acogedor. Un plaid es un elemento práctico que puede emplearse con mucha frecuencia. Por ello, la experiencia de comodidad que proporciona va más allá de la sensación de abrigo. Una manta ligera, por ejemplo, resulta muy apetecible. Puedes descartar aquella que tenga un mayor peso.

Finalmente, además de todos los elementos señalados, también puedes tener en cuenta el precio final.