El futuro en común que imaginan los enamorados cuando se dan el sí quiero, en ocasiones, se distancia de esta expectativa previa. Existe un sentimiento que afecta al nivel de felicidad compartido en común: la frustración. ¿Cuáles son las causas que la producen después de la boda?

 

1. Desear que el otro cambie

Una persona se siente frustrada cuando condiciona su felicidad en el matrimonio al propósito de que el otro cambie. Este anhelo genera una contradicción evidente ya que, en cierto modo, se pide que la pareja deje de ser ella misma. Si alguien cambia, lo hace por una motivación interna. Pero no es positivo que lo haga solo por intentar agradar a la persona que ama.

2. Expectativas no cumplidas

Esta es una de las principales causas de frustración en el matrimonio. Observar la realidad desde el filtro de la perfección, conduce de forma inevitable a la certeza de que, en la práctica, no se cumplen todos los deseos. Eso no determina el grado de felicidad de un ser humano, puesto que la tolerancia a la frustración eleva la resiliencia ante el desencanto. Pero alguien que se siente frustrado sí suele enfocarse más en aquello que no tiene que en lo que posee.

3. Egoísmo

La esencia del matrimonio va más allá de uno mismo. La realidad de la convivencia implica, también, a ese compañero de vida. En este universo sentimental existen, además, momentos compartidos y tiempos para uno mismo. Pero cada persona puede posicionarse de una forma diferente ante este proyecto de vida en común. El egoísmo genera insatisfacción en aquel que cree necesitar más atención, reconocimiento y amor para ser feliz. Pero cuando dichas necesidades se fundamentan en el ego, nada es suficiente.

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4. Deseo de ruptura

Tomar la decisión de separarse produce una reacción emocional en aquel que siente decepción ante un desenlace que no hubiese imaginado.