Cualquier esfuerzo por cuidarse vale la pena aunque los resultados no sean visibles. Es lo que sucede con las grasas saturadas, que se acumulan en nuestro cuerpo al consumir alimentos fritos, productos procesados o margarinas. No podemos hacer que desaparezcan como por arte de magia, pero sí podemos evitar esos alimentos y comer otros que nos ayudan a combatirlas.

A continuación te hablo de cinco alimentos que actuarán eliminando o haciendo menos resistente la capa de grasa que te hace envejecer y te aproxima a un infarto. ¡Toma nota!

Almendras

Un estudio de la International Journal of Obesity avala la efectividad de las almendras. Limitan la cantidad de grasa que absorbemos y hasta nos pueden hacer perder peso. Los dietistas recomiendan consumir unas 8 o 10 para desayunar acompañadas con un plátano si se desea.

Aguacate

Es una fruta calórica que te ayuda a perder peso. Sus grasas insaturadas posponen la sensación de hambre y cuidan tanto del hígado como del corazón. Puedes añadirlo a ciertos platos como el arroz, que junto a otros ingredientes pueden hacer que disfrutes de la comida mientras te cuidas.

Sandía

Un 90% de la sandía es agua. Nos sacia y permite que la grasa acumulada se vaya eliminando. Unos 200 gramos de sandía son capaces de aportar un 30% de la vitamina C que necesitamos cada día, que se dice pronto. Además, nos proporciona potasio, hierro y vitamina B-6, así que es una de las frutas más recomendables.

Manzanas verdes

De fruta en fruta y tiro porque me toca. Las manzanas verdes mejoran la circulación sanguínea, combaten los depósitos de colesterol malo y nos ayudan a cuidarnos. Por si fuera poco, también estabiliza los niveles de azúcar en sangre.

Pepino

Crema de pepino, pepino en una ensalada, zumo de pepino con limón y manzana… Te lo puedes tomar como quieras, pero debes tomártelo. ¿Por qué? Pues porque es muy bajo en grasas y es rico tanto en fibra como en agua. Nos ayuda a tener menos grasas saturadas y contribuye a nuestra salud con las vitaminas A, C y K, y también con minerales como el zinc, el calcio, el manganeso, el fósforo o el cobre.