Existen distintas formas de interpretar la realidad y, en ocasiones, la ruptura se vive como una forma de fracaso. Una derrota que alimenta otros pensamientos limitantes. Por ejemplo, que esa historia fue una pérdida de tiempo. Pero existen cinco razones por las que una ruptura no es un fracaso.

1. Un amor feliz depende de múltiples factores diferentes

El nivel de compromiso o de implicación personal en una historia no garantiza la evolución constante de una relación que quizá se estanque en algún momento. No todo depende de ti, tampoco de tu pareja.

2. Ahora tienes una visión más real de la relación

Si no hubieses iniciado esta historia, no tendrías las respuestas que ahora conoces. Hubieses experimentado la duda que produce el efecto de lo no vivido. Por el contrario, ahora te encuentras en disposición de cerrar un capítulo de tu vida con la información que te aporta la experiencia.

3. Has aprendido y crecido como persona

El fracaso pone el punto de atención en los resultados de una situación. Pero más allá de los datos aparentes, existen muchos factores internos. Por ejemplo, has crecido y aprendido en este proceso vital. Has tomado decisiones significativas, has expresado sentimientos y has desarrollado nuevos recursos personales.

4. La ruptura no es un fracaso sino una circunstancia

Al igual que el comienzo de la relación, el final tiene un componente situacional. Describe un punto de inflexión que influye de manera inevitable en tu vida. A lo largo de la vida vas a experimentas situaciones diferentes. Y la posibilidad de la ruptura está implícita a nivel potencial desde el mismo instante en el que comienza una relación.

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5. Tuviste la valentía de intentarlo

Existen distintas perspectivas de una historia. Y esta es una de ellas: tuviste la valentía de iniciar una relación y superaste el vértigo ante la incertidumbre.